Uno de los momentos clave en cualquier relación es la primera vez que llevas a esa persona especial a tu casa. Abrir las puertas del hogar a alguien es un momento íntimo y muy agradable, pero también es una cita que suele llenar de dudas respecto a qué hacer y cómo agasajar a quién has invitado.

Seguramente, lo mejor para una primera cita sea preparar algo informal, que invite a charlar desenfadadamente y que haga que la otra persona se sienta cómoda. Una cena demasiado formal puede hacer que la situación se vea algo forzada y poco natural.

Nuestra primera sugerencia pasa por Comprar surtidos de quesos franceses y pan de diferentes tipos para organizar un picoteo en la mesa del salón. Puedes acompañar esto con una botella de vino y unos canapés. Se trata de que todo pueda comerse de forma fácil y no hacen falta cubiertos para nada. Así, entre bocado y bocado, se conversará sin formalismos mientras se escucha música en un ambiente informal pero cuidado.

Este tipo de cenas tienen la ventaja de que resultan prácticas y muy fáciles de hacer. Pero para que resulten bien es imprescindible cuidar los detalles, como la iluminación o la decoración, así como la presentación de los platos. De esta manera, no se verá algo improvisado.

Si prefieres sentarte para cenar y usar cubiertos y tienes una bonita isla, este será el lugar elegido para la cena informal. La isla es un espacio cómodo y agradable para cenar pero a la vez no tiene la rigidez de un comedor formal. A la hora del postre, es adecuado pasar a la sala de estar para tomarlo de manera todavía más relajada.

Una cita informal también puede pasar por una cena en el comedor. Esta es nuestra tercera sugerencia. Prepara una cena de plato y con cubiertos, pero en lugar de un gran mantel y excesos en la vajilla, coloca un pequeño mantel que solo cubra la zona en la que vais a cenar o un camino de mesa que haga las veces para los dos.

Evita una decoración excesiva con velas o con demasiada cristalería y haz que la mesa se vea coqueta y bonita a la par que informal con una pequeña cesta de flores silvestres o de colores en el área que no se utiliza. Esto le dará un aire fresco muy decorativo, pero sin caer en un exceso de etiqueta.