Para proteger nuestras viviendas, la mayoría utilizamos puertas acorazadas y puertas blindadas. Pero raramente conocemos las diferencias entre unas y otras. Las puertas blindadas, a pesar de que su nombre nos transmita mucha confianza, son en general más débiles ya que su estructura es de madera, por lo que pueden romperse con facilidad.

Las puertas acorazadas tienen una estructura totalmente metálica en el interior, lo que hace que su robustez esté más que garantizada. Sin embargo, la mayoría de las veces que se entra en una casa no se hace con un hacha en la mano tronzando la puerta, sino que se hace atacando al sistema de cerradura o al bombillo de la puerta.

Muchas de las puertas que tienen varios pestillos tienen una única barra que los controla todos. Esto quiere decir que si los ladrones tratan de entrar aplicando palanca y logran ceder uno solo de los pestillos, todos se retirarán de manera automática. Por tanto, nos sentiremos muy seguros al ver tantos puntos de cierre, pero será una seguridad ficticia porque realmente, no será una gran puerta.

El bombillo también es fundamental. ¿De qué sirve tener la puerta más robusta y el sistema de cierre  más perfecto si luego, manipulando el bombillo, los ladrones pueden entrar fácilmente? Un bombillo de calidad es básico para poder asegurar la puerta y no temer que entren los ladrones.

Si se pierden las llaves o se desconfía de que hayan podido ser robadas hay que llamar a Cerrajeros en San Sebastian que cambien ese bombillo por otro de calidad similar. Y es que ¿de qué vale un sistema perfecto de cierre si cualquiera puede abrirlo con la llave que ha robado? La seguridad, como vemos, depende de muchos factores y no solo del tipo de puerta que se esté comprando.

Pero en resumen, una puerta acorazada, con varios pestillos con funcionamiento individual y un bombillo con un sistema antirrobo es sin duda alguna la mejor alternativa. Pero si se quiere ahorrar, el bombillo debe de ser el elemento más importante, ya que es el principal elemento que resulta forzado en el caso de robos en pisos. A continuación el sistema de pestillos y solo en último lugar la puerta acorazada y blindada.

Eso sí, si se vive en una casa de campo o en una urbanización que no esté habitada todo el año, la puerta acorazada es básica ya que allí sí es posible que la rompan para entrar ya que al no haber vecinos el ruido no es un elemento disuasorio.