Ese es el dilema que tengo últimamente cuando miro mi cuenta corriente, el panorama económico… y el precio del aceite. Las cosas se están poniendo un poco feas porque todos los “básicos” suben. Y cuando sube lo básico, lo primero que se ve afectado es todo aquello que es un poco menos imprescindible. Porque hay que comer y hay que pagar el alquiler o la hipoteca. Digamos que esos son gastos fijos que hay que asumir, aunque su coste suba por diversos motivos. Pero, ¿qué hacemos con los viajes y las vacaciones?

Tradicionalmente, para mí, mi mayor afición siempre ha sido viajar. Pero no valía cualquier viaje, tenían que ser viajes a lugares lejanos. Y cuánto más lejos se va, suele ser más caro. No me valía un descubre rias baixas o un viaje por la Alcarria madrileña. Siempre pensaba que esa clase de viajes eran para otra clase de viajeros, que siendo joven debía ir lo más lejos posible.

Y durante un tiempo me las arreglé para hacer viajes bastante ambiciosos y conocer lugares muy chulos… a los que sé que ahora no voy a volver. Porque mis obligaciones económicas han cambiado y ahora tengo demasiados gastos “básicos” que me impiden afrontar la mayoría de gastos atípicos. Y es así como me estoy planteando, de forma radical, dejar de viajar por ocio: acabar con las vacaciones.

Aunque siempre hay una opción intermedia que pasa por esos viajes aplazados. Y ahora leo en algunas revistas de viajes anuncios sobre descubre rias baixas y me pregunto si no habrá llegado el momento de hacer esa clase de viajes. Desde luego que los viajes por España también tienen un coste, no son regalados, pero es mucho más barato que irse a Japón.

De cualquier manera, dadas las circunstancias, ni siquiera sé si me puedo permitir esa clase de vacaciones. Lo estudiaré en las próximas fechas, pero la realidad es que, mal que me pese, el primer gasto extra que tengo que eliminar en caso de necesidad son los viajes. Y como yo, supongo que les pasará a muchas personas en estas circunstancias.