Contrariamente a la opinión generalizada, la piedra artificial posee una antigüedad milenaria, y varios estudios sugieren incluso que se utilizó en los templos de Tiahuanaco y del Antiguo Egipto. Este material figura hoy entre los más demandados en el sector de la construcción, como demuestran los peldaños, vierteaguas o revestimientos de piedra artificial decorativa que se comercializan con éxito.

Los usos de la piedra sintética en viviendas y edificios son numerosos. Por un lado, el revestimiento de fachadas se beneficia de su precio asequible y acabado personalizado, al tiempo que recibe propiedades tan valoradas como el aislamiento térmico y acústico. Estas placas también alargan la vida útil de muros y paredes y les aportan cualidades ignífugas que retardan el avance del fuego en caso de incendio.

Otra de las aplicaciones de la piedra artificial es el revestimiento de escaleras y escalinatas. Consisten en piezas o baldosas de hormigón con diseños inspirados en mármoles, calizas y otras rocas naturales. Se venden en un formato fácil de adaptar a peldaños de diversa anchura y longitud, y proporcionan resultados generalmente satisfactorios.

En diseño de jardines, las piedras sintéticas brindan una alternativa a las naturales, siendo más sencillas de moldear y adaptar a monumentos, figuritas, esculturas, etcétera. Como remate ornamental de muros y medianeras, este material es eficaz y también permite salvaguardar la estructura de las humedades y otros agentes atmosféricos. Además de los cubremuros, la roca artificial se emplea en la fabricación de pasamanos como alternativa a la madera.

Por otra parte, los vierteaguas en la parte inferior de las ventanas se diseñan cada vez más con piedra artificial, por su durabilidad y posibilidades estéticas. En interiorismo, este material ha demostrado su validez para enmarcar cuadros, espejos y otros adornos de pared.