¿Eres de esas personas que en cuanto llega el calor y comienzan a aparecer los mosquitos cierran su casa a cal y canto? Es un error común pero el resultado de eso es que la casa se calienta y el aire no se recambia, por lo que el ambiente en el interior es bastante desagradable. Y ni siquiera se impide que entren los mosquitos ya que cada vez que se abre la puerta para entrar o para salir, se está invitando a que estos pequeños vampiros entren en el hogar.

Para compensar esto, muchas personas usan el aire acondicionado, lo que supone un gasto de electricidad muy grande y que no es necesario en esos lugares en los que al caer el sol refresca y hace una temperatura más que soportable. Además, los aires acondicionados son causantes de muchos problemas de salud, como dolores de garganta debido a los fuertes contrastes entre las temperaturas del exterior y las del interior.

El truco está en las tiras para cortinas que nuestras sabias abuelas utilizaban en las puertas e incluso en las ventanas grandes o en lugares como la cocina, que necesitaba de una mayor aireación que el resto de la vivienda. Estas cortinas de tiras permiten que el aire pase sin problema y que la casa se refresque durante la tarde, pero no dejan pasar a los insectos, por lo que la vivienda estará a salvo de estas molestas plagas.

Es importante pasar rápido entre las tiras y asegurarse de que quedan bien colocadas para evitar que puedan volar animales hacia el interior. Las tiras deben de ser largas y llegar hasta el suelo o prácticamente hasta el suelo para que no queden recovecos por los que puedan entrar volando estos mosquitos. Un truco muy fácil de llevar a cabo y que resulta tan eficaz que te sorprenderás y pensarás por qué no lo has hecho antes.

La sabiduría de nuestras abuelas venía de la experiencia de generaciones combatiendo a los mosquitos y otros insectos molestos en el hogar. Por eso, alrededor de muchas casas vemos plantas con olores cítricos. Tal vez, te haya parecido algo curioso o casualidad, pero no es ni un capricho ni mucho menos algo al azar. Hoy, la ciencia ha demostrado lo que ya sabía la gente del campo de siempre, que esos olores hacen que los bichos se marchen.