Al fin hemos conseguido que en casa de uno de mis amigos ya deje de hacer tanto frío como si estuvieses en la calle. Tras más de diez años con el cristal de una de las ventanas de la casa rota, entre otro amigo y yo le hemos cambiado el cristal roto por otro que encontramos y que tuvimos que cortar a la medida, cosa que nunca había hecho y que para ser la primera vez nos salió bastante bien. Tardamos un par de días en terminar todo el trabajo, ya que el primer día nos dedicamos a cortar el cristal y no teníamos la silicona para poder sellar el cristal a la ventana y además nos hacían falta un par de herramientas para poder sacar toda la masilla antigua que estaba bastante pegada al marco de madera de la ventana.

Ahora lo que nos falta es convencerle para que cambie las viejas cortinas, que ya va siendo hora que les dé un descanso que ya han hecho su función bastante más tiempo del que debían. Estas navidades a ver si encuentro unas cortinas foscurit del tamaño apropiado para esa ventana y así la vecina de enfrente ya no podrá ver lo que pasa en el piso.

Desde que hemos cambiado el cristal de la ventana rota, la temperatura del piso se ha incrementado bastante, que era lo que estábamos buscando, porque en ese piso hacía frío hasta durante los meses de verano, algo que no me parecía normal. Mi amigo, el propietario del piso, trabaja con el ordenador en una de las habitaciones de su piso y si estaba en el ordenador mucho tiempo siempre volvía protestando de que tenía mucho frío y que le había cogido el frío, pero él no ha movido un solo dedo para solucionar el problema que tenía con la ventana. Espero que ahora ya no tenga ese problema cuando esté trabajando en el ordenador, por lo menos ahora ya no va a tener el problema de la corriente de aire gélido.

Él era el que tenía que haber insistido para cambiar la ventana, pero no fue el caso y tuvimos que ser los amigos los que tuviésemos la iniciativa de hacerlo.