Espero que dentro de unos años me ría, pero en los últimos meses el asunto no ha tenido mucha gracia. He oído tantas veces lo de la ‘mala suerte’ que al final me he hartado. Pero supongo que algo de eso ha habido. ¿Quién si no puede apelar a otro término cuando se abre un hotel rural en 2020, año en el que la pandemia arrasó con el turismo en casi todo el mundo? Desde luego cuando un año antes estaba ultimando los planes para abrir el hotel un virus era lo último que me preocupaba.

Por aquella época estaba detallando la campaña de lanzamiento del hotel con la Agencia comunicacion en vigo con la que he colaborado en mis proyectos desde hace tiempo. La imagen digital y las redes sigue siendo un aspecto importante, aunque se trate de un pequeño establecimiento hotelero, y esta agencia trabaja de forma sobresaliente estos aspectos quitándome parte del trabajo. Ya se sabe lo que se dice: el buen líder sabe rodearse de un buen equipo y yo siempre he tratado de no asumir roles que no puedo desempeñar.  

Pero cuando llevábamos unas semanas abiertos y todo pintaba maravillosamente bien, a pesar de la incertidumbre que se apodera de uno cuando invierte todo su capital en un solo negocio, llega una pandemia. Y lo que al principio parecían unas semanas se transforma en un suceso que marcará la historia de este siglo. No cabe duda de que, entre los diez eventos más importantes del siglo XXI, los libros hablarán de una pandemia que cambió las reglas del juego allá por 2020. Y a muchos nos pilló en medio.

Pero tras el primer (y el segundo) impacto, no me quedó más alternativa que enfocar mi negocio de otra forma, tratando de capear el temporal. La Agencia comunicación en Vigo me ayudó a alterar el mensaje y las campañas vinculadas al hotel para adaptarnos a los nuevos tiempos tratando de aprovechar, eso sí, que el turismo rural no se vio tan afectado como el urbano o el internacional. Y ya miramos a 2021 con mayor optimismo pese a todavía queda mucha tela que cortar.