CUIDAR DE LA ALDEA

CUIDAR DE LA ALDEA

En mi familia se hacen reuniones en la aldea para comer, pero allí a la hora de la comida hace un sol y un calor horroroso, es necesario colocar unas lonas de polipropileno para poder refugiarnos un poco del sol a las horas en las que pega con más dureza.

 

Una vez que ya hemos comido todo lo que se llevó para el festín, por lo general me voy al bosque a dar una vuelta, pero para poder ir por los caminos hace falta que te lleves contigo una hoz y un machete ya que hace bastante tiempo que nadie frecuente esos caminos y la vegetación se ha comido los caminos, por lo que hay que abrirse camino como uno buenamente pueda, pero eso hace que el paseo sea mucho más animado que si fueras por un camino perfectamente limpio, además es ahí cuando te das cuenta de que hace falta que en los pueblos hace falta que vivan más personas para así poder mantener los caminos abiertos para poder acceder a los campos que tiene cada uno, muchos de los campos de mi familia están completamente inaccesibles y no se puede ir a ellos a buscar las castañas que tanto disfrutamos en los meses de otoño, no vamos a gastar un duro en comprar castañas si tenemos nuestros propios castaños, pero para ello hay que ir un fin de semana para así poder abrir los caminosa los campos, y hay que hacerlo de manera más o menos constantes ya que si no los limpias constantemente se vuelven a taponar con una rapidez pasmosa.

 

Pero parte del encanto de mi aldea es que allí no vive casi nadie y puedes ir por donde tú quieras en todo momento sin que te encuentres a nadie hasta que llegues a la zona donde están las cuatro casas.

 

Viendo las aldeas de mis amigos me doy cuenta de que la mía es muy diferente de las de los otros que están mucho más pobladas y siempre que te dispones a dar un paseo siempre te acabas encontrando con alguien sea conocido o desconocido.

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