Las actividades que se realizan en los centros de día para mayores en Madrid tienen una doble misión muy importante. Por un lado suponen un entretenimiento para las personas mayores que acuden al centro.
Esto es algo básico y fundamental, ya que si la persona no se entretiene y no está a gusto la estancia en el centro será algo así como un castigo y al final no participará o no tendrá una actitud que ayude a conseguir ningún tipo de resultado.
Por supuesto, el entretenimiento también es importante a nivel psicológico ya que las personas mayores también necesitan esparcirse y disfrutar de la vida en todos los sentidos. Incluso cuando están enfermos y tienen algún impedimento siempre hay maneras de estimularlos.
Pero además del entretenimiento, en los centros de día se realizan actividades que tienen carácter terapéutico. Un buen ejemplo de esto son los talleres de memoria, muy populares entre las personas de cierta edad y que suelen disfrutar mucho realizando.
Además de pasarlo bien, ejercitan el cerebro y ayudan a que problemas como el Alzheimer o la demencia no tengan una evolución tan rápida contribuyendo en cierta medida a ralentizar el avance.
También realizan terapias propiamente dichas, como por ejemplo sesiones de fisioterapia. Este tipo de sesiones se llevan a cabo con personal especializado en el tratamiento de personas mayores y que conocen sus características y principales dolencias.
Además de ser estupendos profesionales y realizar sus funciones, los trabajadores de estos centros deben de ser también cariñosos y agradables con estas personas, especialmente con aquellas más vulnerables debido a su enfermedad.
Los mayores con problemas de movilidad pueden aprender pequeños trucos para que su vida en el día a día sea más sencilla, por ejemplo los métodos más adecuados para levantarse ellos solos de la cama o de una silla.
También pueden realizar ejercicios que les ayudan a no perder la soltura que puedan tener y a conservar por más tiempo sus facultades físicas. Todo esto en un ambiente agradable, en el que siempre hay un espacio para poder sentarse a charlar con otras personas de su misma edad.
También para disfrutar de aficiones comunes, como los juegos de cartas, las partidas de dominó o las labores de costura o de agujas. Todo esto mientras sus familiares trabajan, realizan sus actividades diarias o disponen de tiempo para ellos mismos con total tranquilidad.