Admitidlo, llega un momento en que uno se cansa de regalar: que si el día del padre, que si el de la madre, aniversario, santo, Navidad, Reyes… Yo creo que el próximo año voy a contratar a uno de esos personal shopper para que se ocupe por mí de los regalos anuales. Y es que el último cumpleaños de mi mujer fue un fracaso. Tal vez si otra persona elige su próximo regalo en vez de yo, tenga más éxito.

Siempre he creído que soy una persona bastante detallista, pero es cierto que en los últimos años cada vez tengo menos tiempo para estas cosas. Y que quede entre nosotros, alguna vez he regalado algún regalo, cosa que nunca hay que hacer… Es muy feo, ¿no? Pues yo lo he hecho.

Soy socio del Club y participo en central lechera asturiana sorteos, así que hace unos meses me tocó una cámara de fotos. Me alegré de que me tocara, pero maldije mi suerte por ‘elegir’ un mal mes para salir ganador. Lo que yo quería era una suscripción a Netflix o la consola Nintendo. Y como no necesitaba una cámara de fotos, se la regalé a mi padre en el día del padre… No se enteró, pero me dije a mí mismo que no debía volver a caer en esa tentación.

No obstante, lo del Club de la Central Lechera Asturiana me dio ideas para el siguiente regalo. Como miembro del club tengo descuentos en algunas compras y me parecieron interesantes las tazas personalizadas. Decidí encargar una y dársela en su siguiente cumpleaños. Por poco me la tira a la cabeza. Suspiró y dijo: “ah, está muy bien”. Entonces supe que necesitaba un personal shopper, o currarme un poco más el próximo regalo.

Como no tengo dinero para un comprador personal y lo de central lechera asturiana sorteos está agotado (no creo que me vaya a tocar nada hasta dentro de otros 10 años y tampoco creo que una consola le vaya mucho a mi mujer) he decidido que el próximo año le regalaré algo mucho más romántico. Todavía no lo he encontrado… pero será más romántico.