El cancer de esofago es una de esas enfermedades que avisan, algo que permite detectarla a tiempo. Lo raro en este tipo de cáncer es que no se presenten síntomas, aunque en algunas ocasiones el paciente no les da la importancia que debería y eso impide que se detecte en el primer estadio.

Uno de los síntomas más conocidos del cáncer de esófago es la disfagia. El paciente tiene problemas para tragar los alimentos, se atraganta mucho y nota como si se le quedaran atascados en el pecho pudiendo producirse una ligera sensación de ahogo. Dado que este síntoma es bastante llamativo, una vez que el problema ocurre unas cuantas veces lo normal es que la persona acuda a su médico de cabecera y le comente lo que le está pasando.

Pero otros problemas como molestias en el pecho, tos o ronquera pueden ser confundidos con catarros y ser tratados por el paciente sin acudir siquiera al médico de cabecera. Solo cuando el “catarro” parece no ceder a ningún tratamiento se acude al médico para que realice una exploración. En ella, es frecuente encontrarse con que las molestias y la ronquera son debidos a los reflujos gástricos que han irritado el esófago e incluso han llegado hasta las cuerdas vocales causando la leve afonía.

El reflujo gástrico y las enfermedades que lo causan son una de las principales causas de cáncer de esófago. Esta parte del aparato digestivo se ve dañada de manera continua por los ácidos del estómago y se acaba causando la enfermedad. Por eso, evitar todo aquello que causa reflujos gástricos es una manera de prevenir estos daños en el esófago.

El alcohol, el abuso de las comidas picantes o muy pesadas, el tabaco, comer rápido, excederse con la comida basura o con el café, pueden dañar el estómago y esto repercutir a la vez en la salud del esófago. Una dieta equilibrada, no realizar comidas excesivamente copiosas, no consumir muchas grasas y evitar la combinación de alcohol y tabaco ayudarán a cuidar el esófago y a evitar la aparición del cáncer.

En algunos casos, el cáncer de esófago aparece a consecuencia de una metástasis de un cáncer en un órgano cercano como los pulmones o el estómago. Los controles médicos frecuentes ayudan a detectar cualquier problema a tiempo, pudiendo así detectar el cáncer en un estadio inicial y combatirlo con mayores garantías de éxito.