La costumbre de enviar coronas de flores a los muertos está repleta de simbología. Además de que enviar flores es siempre una muestra de respeto y de cariño, excepto cuando se indica claramente que no se aceptarán, las coronas tienen otros simbolismos. Se dice que uno de sus orígenes puede estar relacionado con que el círculo representa la eternidad, el volver al inicio, por lo que podría simbolizar el renacimiento a una nueva vida más allá.

Tanto los ramos como las coronas se deben de encargar en una floristeria vigo de prestigio con la que sepamos que el resultado va a ser el más adecuado. Pero ¿qué se debe de enviar? ¿Ramos? ¿Coronas?

Aunque no hay un protocolo claro al respecto, lo cierto es que las coronas suelen enviarse por parte de la familia directa y también por grandes colectivos, por ejemplo, desde la empresa para la que trabajaba el difunto o una organización importante de la que formase parte. Si bien las hay de muchos precios, estos arreglos son generalmente más caros y también es un tipo de arreglo más solemne. Enviar una corona de manera individual a una persona que no es familiar directo puede resultar un poco exagerado y excesivo.

Los ramos se envían por parte de personas individuales y grupos pequeños. Se adaptan a todo tipo de presupuestos y las floristerías especializadas suelen tener un repertorio para elegir tanto en función del precio como del tipo de flores que queramos elegir.

Cuando el fallecido es una persona joven, suele darse preferencia a los colores claros, como por ejemplo las rosas blancas. En otros casos, se opta por opciones más clásicas como los claveles rojos o las rosas de este color. Lo habitual es que tanto ramos como coronas cuenten con diferentes tipos de flores, pero que no sean excesivamente coloridos, como mucho uno o dos tonos además del verde de los arreglos.

Hoy en día no es habitual entregar las flores personalmente. Es la floristería la que se encarga de llevarlas al tanatorio con un lazo o banda en la que se lee el nombre de la persona o empresa que la envía. En el tanatorio es el personal autorizado el que se encarga de colocarlas en torno al ataúd, aunque la familia puede pedir que ciertos ramos tengan un lugar preferente por ser de los más allegados.