Solemos defender que el usar y tirar ya no es sostenible y hay que arreglar los aparatos eléctricos, sobre todo cuando son de calidad y tienen poco uso. Pero hoy, tirando de un poco de ironía, vamos a defender exactamente lo contrario.

1. Porque no soy una persona ecológica. No me creo eso de que estemos consumiendo por encima de nuestras posibilidades o que el planeta no pueda soportar lo que le estamos haciendo. De paso, tampoco me creo lo del cambio climático ni lo del problema de los residuos y vertederos.
2. Porque llamar a un servicio tecnico reparacion electrodomesticos en Pontevedra es demasiado esfuerzo. Hay que buscar en Internet, coger el teléfono, llamar y fijar una cita. ¿No es acaso demasiado trabajo? Con lo sencillo que es acudir a la tienda para que traigan otro aparato y de paso ya se lleven el viejo. Y dicen que lo ponen muy fácil permitiendo contactar a través de mail o incluso en muchos casos por WhatsApp, pero en todo caso hay que tomarse la molestia de hacerlo y estar pendientes para que vengan a reparar el aparato. Si es uno pequeño, tal vez incluso haya que dejarlo en el establecimiento. Encima, te dan un presupuesto por adelantado para que sepas exactamente cuánto te va a costar, lo que te obliga a decidir si quieres o no arreglarlo. Quita, quita, demasiado estrés.
3. Porque no me importa gastar más en uno nuevo. ¿Quién dijo que el dinero era un problema? ¿Para qué llamar a un técnico y pagar una pequeña factura cuando puedo gastar una buena cantidad de dinero en comprar un producto nuevo que realmente no necesito reponer? Ese dinero podría estar mejor empleado en otras cosas, incluso en unos días de vacaciones o en comprar algo que realmente sí haga falta y no se tenga. Pero pensar en todo eso es realmente agotador y pasar la tarjeta de crédito por la caja solo lleva unos segundos.
4. Porque creo que los electrodomésticos de calidad duran demasiado. ¿Por qué va a ser una ventaja que mi electrodoméstico pueda repararse y durar mucho más tiempo? Todos saben que los electrodomésticos de antes duraban demasiado porque las marcas no querían que nos renovásemos y tuviésemos lo último de lo último, aunque fuera de peor calidad. Y ahora, algunas de las mejores marcas, hacen eso mismo repercutiendo en que nuestros hogares no estén actualizados.