Hace un año durante el año del confinamiento una antigua amiga mía ha tenido un hijo y dentro de poco voy a poder conocerle y había pensado en regalarle unos Estores infantiles a medida para que se los pueda colocar en su habitación cuando se la prepare porque supongo que por ahora dormirá con ella. Ella ha tenido a su hijo mediante fecundación in vitro, simplemente se cansó de esperar a encontrar a su pareja ideal y el tiempo ya empezaba a estar en su contra. Cuando me enteré me pareció una idea genial ya que sabía desde hace mucho tiempo las ganas que esta amiga mía tenía de ser madre pero que por las circunstancias de la vida todavía no lo había podido conseguir. Espero que este verano tenga la oportunidad de verles un poco más a menudo de lo que les puedo ver hoy en día. Ya que mi amiga es muy protectora con él y hasta que estemos todos vacunados no lo vamos a poder conocer cómo deberíamos. Y me pasa lo mismo con la hija de otro de mis amigos, a la cual prácticamente la he visto un par de veces por culpa de todo esto del coronavirus. Con el hermano de esta niña por ejemplo lo he tratado desde que era un bebé y eso es algo que me he perdido con esta niña y que ya no podré vivir, está claro que la relación que tengo con su hermano siempre va a ser más fuerte de la que tendré con ella solamente por no conocerme desde bebé.

Por suerte les gusto a los niños y al final todos quieren que juegue con ellos, debe ser porque no me importa tirarme por el suelo a jugar con ellos, que es algo que casi ningún adulto suele hacer y además mi voz es algo que les llama la atención mucho a los niños, aunque eso también les sucede a los adultos.

Por lo que podemos observar parece que todo esto del coronavirus está empezando a tocar a su fin a ver si de ese modo podemos ver a las personas que no hemos visto durante demasiado tiempo.